El pasado sábado 17 de julio, el Jardín de los Olivos de Llopart se convirtió en el escenario efímero del espectáculo Ocaña, Reina de las Ramblas. El actor Joan Vázquez, acompañado por la guitarra de Marc Sambola, se convierte en el artista Ocaña en esta obra escrita por Marc Rosich.

Mientras caía el sol por detrás las viñas, Vázquez iluminaba la escena con fogonazos de fragmentos de la vida del artista, y los espectadores paseábamos, copa de Carmí rosado en mano y a ritmo de copla, por las calles bulliciosas de la Barcelona preolímpica.

Ocaña fue un artista auténticamente inclasificable. Irrumpió como performer décadas antes de que ninguno de nosotros supiera qué significaba hacer una performance. A través de sus intervenciones artísticas, el pintor naif se convirtió en un activista pionero de los derechos LGTBI mucho antes de que entendiéramos el significado de estas siglas. Ocaña, el precursor de toda una manera de vivir y de entender el mundo, vuelve a marcar el ritmo para explicar de nuevo su historia.

El evento se enmarca en la programación del Festival En Veu Alta, de narración y tradición oral, que este año ha programado más propuestas que nunca: 61 espectáculos diferentes y un centenar de actuaciones en el Alt y Baix Penedès del 4 de junio al 7 de agosto. Teatro, conciertos, charlas y actividades de formación lectora muchos de ellos en espacios inusuales, tales como las bodegas, entre botellas o entre viñedos, en medio del bosque, bibliotecas, fuentes, monasterios o cementerios. Como desde el EVA explican, una manera de recordar que “la narración oral no necesita artificio y se puede dar en cualquier espacio”.