Les Flandes

Las viñas singulares de Les Flandes se encuentran situadas en la Heredad can Llopart de Subirats, dentro de la zona Clos dels Costers, en la Depresión del Penedès y en el extremo Oeste de las montañas del Ordal. Está a una altitud de 380 metres sobre el nivel del mar. Geológicamente forma parte de los contrafuertes adosados al Macizo del Garraf, con un subsuelo caracterizado por el afloramiento de materiales sedimentarios del Mioceno (de entre 16 y 20 millones de años de antigüedad) y rocas carbonáticas del Cretáceo inferior (de entre 100 y 145 millones de años). Por su pasado como brazo de mar primitivo que sufrió diversos avances y retrocesos, encontramos estratos con restos de fósiles marinos, arrecifes de coral y estratos de sedimentación de antiguos barrancos, ríos, deltas y pequeñas lagunas.

El entorno es un enclave rodeado de un inmenso pulmón verde de arbustos silvestres y bosque mediterráneo de pino y encina. Está declarado y protegido como Espacio de Interés Natural. Conforma un rico mosaico de flora y fauna, con una gran variedad de plantas aromáticas y medicinales donde cabe destacar la presencia de especies de vertebrados típicamente forestales (tejón, ardilla, jabalí, liebre, musaraña, murciélago, lagartija, águila perdicera, petirrojos, cárabo,…) y una gran prevalencia de comunidades de invertebrados.

El entorno es un enclave rodeado de un inmenso pulmón verde de arbustos silvestres y bosque mediterráneo de pino y encina. Está declarado y protegido como Espacio de Interés Natural (PEIN). Conforma un rico mosaico de flora y fauna, con una gran variedad de plantas aromáticas y medicinales donde cabe destacar la presencia de especies de vertebrados típicamente forestales (tejón, ardilla, jabalí, liebre, musaraña, murciélago, lagartija, águila perdicera, petirrojos, cárabo,…) y una gran prevalencia de comunidades de invertebrados.

Les Flandes es un espacio formado por un gran anfiteatro de viñas, elevado sobre una gran pared vertical de roca caliza, de más de 12 metros de altura. Debido a las filtraciones del agua de lluvia, en la pared rocosa se han producido unos espectaculares desprendimientos que permiten acceder y examinar, de forma absolutamente excepcional, el subsuelo de las viñas situadas en su superficie.

El suelo es moderadamente profundo, de pH básico y muy evolucionado. Tiene textura de media a fina y un buen equilibrio mineral, con la acumulación de carbonatos en las capas medias. El nivel de materia orgánica es bajo. Hasta los 65cm de profundidad presenta numerosas cavidades y galerías debidas a la alta actividad de la fauna autóctona.
La pendiente del terreno en forma de terrazas evita la acumulación del agua de las lluvias, obligando a la vid a un desarrollo vertical de las raíces, buscando la humedad y aprovechando las grietas que encuentra en la roca caliza. Este hecho permite que las cepas mantengan una producción y calidad estables, incluso en años de sequía extrema.

Las viñas se extienden en orientación Norte, umbría, y reciben una insolación matizada. La altitud respecto a los terrenos de alrededor y la fácil entrada de los aires más frescos procedentes del Norte dan lugar, durante las épocas más calurosas, a un elevado contraste térmico nocturno, factor que favorece una lenta maduración de las uvas. Estas condiciones tan especiales nos regalan una óptima expresión aromática, un desarrollo fenólico completo y el alcance de buenos niveles de azúcar, manteniendo a su vez las altas acideces imprescindibles para los largos envejecimientos en botella que tendrán los vinos.
El viento de Lebeche, viento del Sud-oeste procedente de la costa, nos llega durante las tardes de verano como brisa de marinada cargada de humedad. Este aire húmedo conlleva dos beneficios para el viñedo: por un lado aportación hídrica en los días más secos y calurosos por el fenómeno de la condensación nocturna y como moderador de las temperaturas del entorno por evaporación matinal.

Al igual que en el resto de la Heredad, todas las viñas se hallan rodeadas de zonas silvestres y de bosque mediterráneo. La gran biodiversidad existente proporciona a las vides protección natural frente a las enfermedades vegetales, permitiéndonos un cultivo natural, con plantas sanas y resistentes. El cultivo se realiza siguiendo los criterios orgánicos y ecológicos más estrictos, de la misma forma que en las otras 95 hectáreas de viña de la Heredad de Can Llopart de Subirats.
Las viñas de Les Flandes fueron plantadas en las décadas de 1940 a 1960. Tienen una producción aproximada de unos 4000 kg/ha. (Menos de 1,5kg por cepa).

Viña del Ticu (plantada en el año 1960), variedad Montònega. Es la adaptación fenotípica de la variedad Parellada a los terrenos de montaña. Es la uva más delicada, requiere una cuidadosa poda en verde y gestión vegetativa. En Les Flandes, por sus peculiares condiciones, es posible obtener de sus uvas vinos con un gran potencial de envejecimiento y con una finura excepcional.

Viña del Pere de can Ros (1941-1954), variedad Xarel·lo. Es la viña de menor producción, proporcionando uvas con elevados niveles de azúcar y acidez. Aporta perfiles minerales y una insólita salinidad al vino. Es la estructura del cupaje.

Viña de l’Isidoro (1955), variedad Macabeu. Origina aromas sutiles y elegantes, un persistente equilibrio gustativo y un envejecimiento muy estable. Es el principal responsable del complejo abanico de matices sensitivos del espumoso Original 1887.